VIVENCIAS TRAUMÁTICAS

Reflexiones

7/18/20242 min read

El trauma es una experiencia profundamente humana que puede afectar a las personas de maneras complejas y variadas. A lo largo de mis años como terapeuta, he sido testigo de cómo el trauma, ya sea por eventos aislados o por experiencias acumulativas, impacta la vida de mis consultantes en diferentes niveles.

Uno de los conceptos más útiles para entender estas experiencias es el modelo biopsicosocial. Este enfoque nos recuerda que el trauma no solo afecta el cuerpo, sino también la mente y el entorno social de la persona. Por ejemplo, consideremos el caso de "L", una mujer que sufrió un accidente automovilístico grave. Desde ese día, su percepción de la seguridad en las relaciones se transformó. Se volvió más desconfiada, evitando situaciones sociales que antes disfrutaba. Esto ilustra cómo el trauma puede alterar no solo la forma en que una persona se siente consigo misma, sino también cómo interactúa con los demás.

El trastorno de estrés post-traumático (TEPT) es otra realidad que muchos enfrentan. "C", un militar que regresó a casa con recuerdos vívidos de sus experiencias, que lo mantenían en un estado constante de alerta. Este estado puede manifestarse en irritabilidad, insomnio y dificultad para concentrarse, lo que a su vez afecta su vida diaria y sus relaciones. Aquí, el cerebro juega un papel crucial; el sistema límbico, que regula las emociones, y la amígdala, que procesa el miedo, pueden sobrecargarse, haciendo que la persona reaccione de manera desproporcionada a situaciones cotidianas.

Sin embargo, también es importante resaltar la capacidad de resiliencia que muchas personas muestran. "A", quien enfrentó múltiples pérdidas a lo largo de su vida, encontró en la terapia un espacio para explorar su dolor. A través de este proceso, desarrolló habilidades para manejar el estrés y reconstruir su red de apoyo. La resiliencia no significa que el dolor desaparezca, sino que se aprende a navegarlo y a encontrar significado en la experiencia.

A pesar de las dificultades, siempre hay espacio para la esperanza. Buscar ayuda profesional puede ser el primer paso, difícil pero importantísimo. La terapia ofrece un espacio seguro para procesar el trauma, aprender nuevas estrategias de afrontamiento y reconstruir la confianza en uno mismo y en los demás.

Te invito a reflexionar sobre tu propia vida. ¿Hay experiencias que te han marcado? ¿Cómo has manejado esos momentos difíciles? Compartir tus pensamientos o experiencias puede ser un primer paso, no solo para ti, sino también para quienes te rodean. La conexión y el apoyo son fundamentales en el camino hacia la recuperación.